La cultura tradicional en el municipio de Toral de los Vados es la misma que en la Comarca Berciana, y viene determinada por el clima, los cultivos característicos de la zona y los periodos de labranza, al ser esta una tierra fértil que durante muchos años ha vivido principalmente de la agricultura.
Así las principales tradiciones populares, arraigadas en el acervo cultural y heredadas de nuestros mayores, están íntimamente ligadas al campo y las labores agrícolas o ganaderas. Es el caso de la fiesta del magosto, que coincide con el tiempo de recolección de la castaña, uno de los productos estrella del Bierzo por su calidad y cantidad. O de la vendimia y la matanza, labores propias de los hombres de campo, y que reunían a todos los miembros de una misma familia, a amigos y vecinos, que tras realizar el duro trabajo, concluían estás faenas reunidos en torno a la mesa compartiendo manjares.
Hasta nuestros días han llegado todas estas costumbres, que forman parte de nuestra historia y nos otorgan una identidad cultural única.
EL MAGOSTO .-
En los días comprendidos entre el 1 de noviembre (Todos los Santos) y el 11 de noviembre (San Martín) (puede celebrarse, también en fechas cercanas), se suele celebrar esta fiesta donde no faltan las castañas asadas en el fuego, el vino, las patatas asadas (condimentadas con aceite, sal y pimentón) y los chorizos.
La fiesta consiste en realizar una hoguera, y, cuando el fuego está bajo, se suspende sobre la misma el “bombo” o tambor, un cilindro metálico con agujeros en su base, en el que se introducen las castañas y las patatas (lavadas, secas y con la piel, y de tamaño pequeño). Una persona se encarga de dar vueltas al tambor con el fin de que las patatas y las castañas (a las que previamente se les ha realizado un corte en un extremo para evitar que “revienten” o exploten) se asen correctamente de manera uniforme. Una vez asadas, se pelan las castañas, se abren las patatas y se les hecha pimentón, aceite y sal, y se comen, junto con los chorizos, que han sido cocidos previamente, o asados sobre las brasas de la hoguera.
Es común tiznarse la cara con los restos de la hoguera, y saltar las hogueras ya que, según la tradición popular, el salto de la hoguera trae buena suerte.
LA MATANZA DEL CERDO.-
La matanza del cerdo es una costumbre tradicional practicada en todo el Bierzo que se remonta a tiempos inmemoriales (no se sabe con certeza cuál fue su origen, hay evidencias de que los antiguos pueblos celtas que poblaban Europa ya la practicaban). Consiste en el sacrificio de uno o varios cerdos con la finalidad de proporcionar embutidos y carne durante un todo el año para la alimentación de una familia.
La matanza se realiza de forma artesanal, reuniendo a miembros de la misma familia y a vecinos o amigos de la familia que trabajan juntos durante varios días. Se entiende por matanza el proceso completo que comienza con la crianza del cerdo y que finaliza con el curado del embutido y recogida del mismo.
El día de la matanza comienza a primera hora de la mañana con el sacrificio del animal o animales. Una vez muerto el animal, se procede al PELADO, es decir, eliminar la “Serda” (pelo) de la piel. Con ayuda de un cuchillo, y aplicando calor sobre la piel (con fuego y agua hirviendo) se raspa la piel para desprender los restos de los pelos y dejar la superficie perfectamente alisada. A continuación se abre el cerdo y se retiran las vísceras por completo, recogiéndose cuidadosamente. Los intestinos y el estómago se reservan y se limpian de los contenidos que había dentro, es lo que se conoce con el nombre de “correr el vientre”. Esta operación se realiza generalmente por las mujeres, que todas juntas se dirigen al arroyo o fontal más cercano y limpian en él toda la suciedad (actualmente, en la mayoría de los casos, las tripas ya se limpian en casa). El día finaliza con el colgado del animal (generalmente en una escalera de madera) para resguardarlo en algún lugar ventilado para que enfríe la carne. El veterinario de la zona, recogerá unas muestras de carne de diferentes partes del animal con el fin de analizarlas y dar el visto bueno para su consumo.
En los días posteriores, una vez conocido el resultado de los análisis practicados al animal, se procede al despiece del mismo, distribuyendo cada parte. Algunas piezas irán a salar, es el caso de los jamones, las paletillas, y las pezuñas (patas) o la careta (que previamente se habrán sometido al “escaldado”, proceso que consiste en aplicar un hierro al rojo vivo sobre toda la superficie de la “pezuña”, careta, orejas y “cueras” del animal). El resto de la carne se picará y se adobará con pimentón, orégano, sal, agua, y en algunos casos con ajo, y se destinará a hacer el embutido final.
Al tercer día, una vez la carne ha cogido bien el “adobo”, se procede a embutir. Para ello se emplea una máquina especial que mediante presión introduce la carne picada en la tripa de cerdo. Hechos los diferentes embutidos, solo queda colgarlos para que “pinguen” (eliminen el exceso de agua) y se curen. Debido a la climatología de nuestra zona, y para evitar que la humedad estropee el embutido es necesario recurrir al ahumado, para ayudar a la curación de la carne. Consiste en hacer un brasero que se coloca en el lugar en el que se está curando la carne, dejando que el humo inunde la habitación.
En el municipio de Toral de los Vados, al igual que en toda la Comarca Berciana, el embutido que se realiza principalmente es el chorizo, el salchichón, la androlla (hecha con carne de cerdo junto con la piel del cerdo asada y picada en trozos pequeños, todo ello adobado con pimentón, sal, agua y ajo), y el producto estrella del bierzo, el botillo (elaborado con piezas troceadas procedentes del despiece del cerdo, tales como trozos de costilla y el rabo, condimentadas y embutidas en el ciego del cerdo que luego es ahumado y curado).
LA VENDIMIA.-
El final del verano y el comienzo del otoño marcan una época muy significativa en nuestro municipio, la recolección de la uva. Momento muy esperado por los viticultores que han cuidado con esmero y protegido de plagas a la vid durante todo el año bajo las inclemencias del tiempo, en ocasiones favorable y en otras no tanto. Así pues se trata de un laboreo que requiere gran esfuerzo físico al antojo de la propia naturaleza.
Si las condiciones ambientales de climatología son favorables y la maduración de la uva la adecuada, a principios de septiembre da comienzo la vendimia, siendo hoy en día requisito indispensable la calibración de la cantidad de azúcares acumulados en la uva según el tipo de vino que se desee elaborar. Para ello se van tomando muestras de uva en la viña y midiendo el grado alcohólico probable, con un instrumento óptico de fácil manejo llamado refractómetro. Es época de movimiento, de entusiasmo y sobretodo trabajo, en el que se pretende recolectar la cosecha en un período de tiempo lo más breve posible, temiendo una adversa climatología además del carácter perecedero de la uva.
Desde antaño la vendimia se viene realizando de forma manual, si bien en la actualidad en otras extensiones de viñedo de gran tradición vinícola se trabaja en espaldera y se realiza la recolección de forma mecánica sin la intervención de mano de obra. En nuestro municipio, pudiéndolo hacer extensible prácticamente a toda la Comarca de El Bierzo, la vendimia sigue manteniendo la tradición en su forma manual de recolección. A diferencia de épocas pasadas, cuando todavía no había surgido la corriente actual entorno al mundo del vino y los conocimientos eran muy limitados, se asocia, en este momento, la recolección manual con la producción de vino de mayor calidad y de vinos espumosos. Una vez recolectada la uva caben dos destinos diferentes, uno es la propia bodega para la posterior elaboración de vino, o bien la venta directa de la uva, envasada en este caso en sacos de plástico o en las propias cajas en las que se ha vendimiado y en las que será transportada.
Finalizada la recolección en el mes de octubre como muy tarde, se da continuidad al proceso de elaboración del vino en bodega. Parte de sus propiedades organolépticas, que apreciamos a través de los sentidos, dependerán de las condiciones en las que se llevó a cabo la vendimia. Se cierra así un ciclo que comienza cada temporada con la poda de la vid.
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