El Municipio de Toral de los Vados ocupa el interfluvio del curso bajo de los Ríos Burbia y Cúa en su confluencia con el Río Sil poco antes de que éste, hacia el oeste, entre en una zona abrupta de materiales paleozoicos por la que se abre paso hacia Galicia en el lugar denominado “El Estrecho”, después de recibir las aguas del Río Selmo.

La zona de suaves colinas que hacia el norte culmina en Castro Ventosa (630 m) se encuentra colonizada por viñedos, mientras que descendiendo en dirección sur llegamos a una llanura aluvial formada por las terrazas más bajas de los Ríos Cúa y Sil. Zona llana, regada y fertilizada por tres ríos de aguas abundantes, es tierra de huertas, prados y arboledas.

De ahí viene el topónimo de Toral de los Vados, cuyo primer elemento parece derivar de taurum “toro” y que según J. García significaría prado comunal donde se mete el ganado vacuno a pastar en determinada época. El segundo elemento, de los Vados, alude a un lugar donde puede vadearse fácilmente el río, lo que realmente es muy apropiado en esta zona de entrerríos.

Desde mediados del siglo XIII al tiempo que la nobleza regional se debilita, miembros de la pequeña nobleza comarcal van adquiriendo un papel cada vez más relevante, posiblemente por su función militar como combatientes a caballo (caballeros) o por ocupar determinados puestos en la administración territorial, sobretodo como gobernantes de una Tenencia (tenentes). Esto fue lo que debió ocurrir con la familia García Rodríguez de Valcarce, sin duda la de mayor prestigio social, poder económico e influencia política durante el siglo XIV en la Comarca del Bierzo, que se convertirán en señores jurisdiccionales de Toral de los Vados.

Las cinco estacas del escudo de nuestro municipio corresponden al escudo de armas de esta poderosa e importante familia.

Toral y la mayor parte de los lugares del municipio fueron jurisdicción del Monasterio de Carracedo o mantuvieron con él lazos económicos muy estrechos. Esta relación está representada con un prelado revestido con casulla, en la cabeza una especie de mitra, en una mano báculo sin mangas y en la otra, puesta sobre el pecho con un libro. A ambos lados se disponen un total de tres flores de lys por su vinculación al Císter.